Cómo hacerte entender que tu seno nunca va a poder ser mayor que uno, que la recta terminal no se corrompe ni con sal, ni con agua; el tiempo no la erosiona ni corroe la majestuosidad de su "cero, coma". Y ni que hablar del coseno, igual de irrevocable, a pesar de lo mucho que lo escupiste.
Tendrás que ser tangente, no tocar más de un punto a la vez. Así quizás llegues a superar el uno, a cagarte bien en el cero. No creas en las abscisas, son peores que las putas ordenadas. Mejor quedate ahogando tu cuerpo repleto de grados, minutos y segundos, en este mar de líneas rectas (ya no más curva, ni giro). Estrangulá todos los ángulos del primer cuadrante (siempre tan burlonamente positivos), no dejes vivo a ningún ángulo del segundo cuadrante cuando se trate de su seno, así como tampoco le permitas existir a los ángulos del tercer cuadrante que te hablan de su tangente, por último jamás permitás respirar por más de un segundo a un ángulo del cuarto cuadrante si es que de coseno estamos hablando.
No intentes sumarle más giros a este ángulo orientado del que ya no hay vuelta... cerrá los ojos y hundite completamente, gritá que los dedos de los pies ya no te hacen caso, ¡mordelos! Obligalos a ceder, a regresar sobre sus grados, a quedarse en 360º, a que ya no pasen el eje de abscisas una y otra vez. Que mejor se queden completos (2Π) y ya no más recuerdos, ni espasmos; sólo un giro completo de amor y de tiempo. Que sea el Sol, ya entero, ya pleno, un disco dorado, y así entonces volver a ser luz.

¡Què hermoso! Sos màgica, loca... tenès un poder increìble en tus manos, tu cabeza, tu corazòn, me alegra que lo sepas utilizar tan bien.
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