
No interpretes lo que digo,
ni adivines lo que callo.
Jamás me mires por dentro,
ni te atrevas a mostrarme tu interior.
Nunca creas haber hallado certezas acerca de mí,
ni te ofendas si parece que desconfío de vos.
Olvidá ni nombre cada noche,
así como también que durante el día vos tuviste uno
y me lo confesaste.
Evitá buscar mis labios,
pero más aún que yo encuentre tu boca.
Leéme al revés,
yo escucharé tu despedida de corrido.
Descartá
la posibilidad
de mantenerte
a distancia.
Ya ves,
no sirve correr
hacia el lugar del que te querés escapar.
Pero el punto es ese...
mi lugar está acá.
Y vos, qué esperás?
Qué cosa linda.
ResponderEliminar