lunes, 16 de agosto de 2010

Sus cartas, desde el exilio, prometen regresar...


No interpretes lo que digo,
ni adivines lo que callo.

Jamás me mires por dentro,
ni te atrevas a mostrarme tu interior.

Nunca creas haber hallado certezas acerca de mí,
ni te ofendas si parece que desconfío de vos.

Olvidá ni nombre cada noche,
así como también que durante el día vos tuviste uno
y me lo confesaste.

Evitá buscar mis labios,
pero más aún que yo encuentre tu boca.

Leéme al revés,
yo escucharé tu despedida de corrido.

Descartá

la posibilidad

de mantenerte

a distancia.


Ya ves,

no sirve correr

hacia el lugar del que te querés escapar.


Pero el punto es ese...

mi lugar está acá.

Y vos, qué esperás?

1 comentario: