martes, 19 de enero de 2010

Al otro lado de la Cordillera


Tus manos giran en el agua, y en el viento esa gaviota se va a estrellar.

Desde lejos vienen bajando los días y en tus redes sin tiempo se van a quedar.

De vez en cuando alguna roca se cae y se pierde en el mar.

Algunos días tu gorro se escarcha y tu pulóver te empieza a picar.


Estos son los vuelos de los que leen en las olas,

De quienes hablan y escupen sal.

Los cuerpos sin luz recubren sus brazos de espuma

Y al atardecer el Sol les enseña a brillar.


La Luna entró en tus ojos y ese bote a lo lejos se va a extraviar.

Aquí la música tiene alas, y el silencio es una presa difícil de alcanzar.

Mañana llegan las nuevas olas y mejor que aprendas a nadar.

Parte del beso tu boca y entre mis labios se va a desparramar.


Hoy las gaviotas gritan tu nombre,

Mientras tus manos hacen el agua girar

Te leo en el mar

Ahora soy luz, vayamos a nadar.

1 comentario:

  1. ¡Què hermoso, Mariposa!
    Cuàntas imàgenes...
    Era necesario que llueva, que se limpie todo un poco, que nazcan nuevas cosas, que surjan aprendizajes, que haya olor a lluvia era necesario. Son necesarias tantas cosas...
    Es necesario leerte, y este texto fue una gota màs que llenò mi vaso de felicidad del dìa de hoy.
    Me alegra que te hayas dado cuenta de que sos luz, hoy y siempre. A veces estamos màs apagados, a veces estamos encendidìsimos. Somos luz. Ayer, hoy y siempre.
    No importa ya, mañana seremos luz.
    Me voy a nadar...

    Amor.

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