domingo, 10 de enero de 2010

Te amo tanto que no puedo despertarme sin amar...



LA MUJER

Una mujer
desde otra tarde,
salpicada por un profundo espejo.

Tirada en el abismo
con sus menstruos carmín
depositados en el limo natural
con la precisión de besos.

Una damisela realmente celeste.
Vestidos de espuma dilatados,
corsés rosa,
adornos y teñidos.

Una mujer con collares
con ojos manuscritos
con pezones labiales y suaves
con sombreros de pétalos tan claros.

Una mujer dada a su propio mundo, mundo que la deglute y que le da los rayos.

Le da canastos con frutas e hijos,
miembros que la deshacen
y la vuelven a hacer nacer.
Barriletes en azoteas,
ligustros blancos.

Una mujer transportada es un misterio. Donde rozan sus pies dialogan flores y aparecen sangres.



Luis Alberto Spinetta

1 comentario:

  1. pf
    hay algo
    que pueda yo
    agragar luego de leer
    esto, tan hermoso y tan
    asesino de personas, tan Luis Alberto...?

    realmente
    lo hay?

    hoy
    te amo
    ya, y ya
    es mañana MAÑANA MAÑANA.

    orvuà.

    ResponderEliminar