Me fui a la playa, me fui a la noche, me voy a morir. Te fuiste a la playa, te fuiste a la noche, te vas a morir. Nos fuimos a la playa, nos fuimos a la noche, nos vamos a morir.
Pero es tan absurdo el juego que no somos más que dos idiotas intentando apresar entre las manos un vendaval de carne y de tiempo. Por eso nos gusta llegar a la orilla y ver el mar, reconocer nuestras bocas en la escollera. Si de todas formas somos dos extraños perfectos, casi juntos de tan separados...
Y siempre va a ser de noche, aunque el Sol siga en el cielo. Estar en vos, estar con vos, es noche y Luna; estrellas que se me pegan en todo el cuerpo. A veces es brillar, otras, dejar que me consuman la oscuridad y los gritos ahogados del sueño.
Sabés y sé que se termina acá, que no hay nada más por hacer, ni por decir, ni por lograr. Que fuimos hasta el extremo y un poco más, que empezamos a sentir y ya no nos podemos ver.
Será cuestión de que alguno de los dos se anime primero, y contribuya a que el otro lo asuma rápidamente. Cuestión de qué entonces?... Pues, de decirnos 'Adiós'.
domingo, 21 de febrero de 2010
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A
ResponderEliminarI
A
pf...
dale, matame de nuevo.
què hija de puta.
la sìntesis..., sos increìble flaca.
01:01
no-doy-màs.
tedetestoporestoyteamoportodo.