miércoles, 3 de noviembre de 2010
And hang for your hollow ways
Yo sabía que ibas a encontrarlos. Yo dejaba los hilos sueltos, les proporcionaba un sueño liviano, les quitaba rigidez. Yo dejé en tus manos los instrumentos para crearlos. Yo te hice espacio para los tuyos aún sabiendo que nunca ibas a llevártelos.
Llamalos como quieras: miedos, puntos débiles, inseguridades. Realmente no interesa ya, porque las palabras no llenan el vacío, tampoco me sacian el vicio. Así las cosas, sólo quedamos vos y yo, separados por una serie de circunstancias que nos llevaron a este y no al otro lado del río. Sos vos y sólo podrías serlo de esta manera, refugiándote en aquella orilla. Por supuesto, y con más razón, soy yo y sólo podría serlo estando aquí, en esta rehabilitación de mí misma, intentando desprenderme.
Qué bueno que ahora nos separa el agua... así es más fácil, puedo volver a encontrarme con el simple acto de mirarme en su reflejo. Y si vuelven las voces, las calla la música que ejecutan las cuerdas del río al vibrar.
Aquí se está bien, los verbos van en pasado y poco a poco la corriente se lleva a aquellos que encontraste, ya casi desatados, apunto de despertarse. Si bien optaste por sacudirlos y luego ideaste su forma, su color, sus sonidos. Para luego incluir los tuyos en los míos, para jamás llevártelos.
lunes, 23 de agosto de 2010
Give me that which I desire

jueves, 19 de agosto de 2010
They got a skin and they put me in. All the lines wrapped around my face. I'm a lie!
miércoles, 18 de agosto de 2010
¡Y yo que creía que todo era eterno... te saludo ya es otro tiempo!

lunes, 16 de agosto de 2010
Sus cartas, desde el exilio, prometen regresar...

No interpretes lo que digo,
jueves, 5 de agosto de 2010
Que negar palabras es abrir distancias.
viernes, 30 de julio de 2010
¡ MAÑANA, YA VERÁS, VAN A CRECERNOS ALAS !

Llega un momento en el que ya no sirve llorar, las lágrimas se convierten en aire y apretar los párpados es como inhalar mientras que dejarlas caer sería lo mismo que exhalar. Por eso te digo que se vuelve innecesario, prácticamente mundano.
jueves, 15 de julio de 2010
Nunca habrá fotos nuestras, ni libros dedicados. Poco recuerdo abierto, mucho olvido cerrado.
A veces creo tener neuronas autistas, cada cual en su mundo, sin pretensiones de relacionarse una con otra. Así justifico mis desvaríos, mis miedos, mis contradicciones. Pero sabés qué? ME CANSÉ DE JUSTIFICARME, estoy harta de esgrimir argumentos para sostener una convicción que lejos de ser mía se me trepó a la espalda uno de esos días en los que camino distraída.
Soy del tipo de persona que va con la cabeza baja, y si se encuentra una moneda de diez centavos en el medio de la calle se agacha a levantarla sin mirar a los costados. Me importa un carajo si viene un auto: que frene, que siga, que haga lo que se le viene en gana. Yo voy a sostener la moneda entre mis dedos congelados y nada me va a impedir lograrlo. Porque en esos diez centavos yo no veo el dinero, así como en tus palabras no veía otra cosa que sogas; sogas a las que me até, con las que me asfixié, a las que salté ("¡SAL, PIMIENTA, PICANTE!").
Y básicamente todo se reduce a eso, a jugar con tus sogas, a levantar esos diez centavos que quizás en mi bolsillo se vuelvan un abrazo tuyo como el que tanta falta me hace. No descarto ninguna posibilidad, quizás así se sienta la demencia: confiar en que al hundir la cara en la nieve, se puede sentir el ardor de una llama.
Seguiré fumando, querido. Porque disfruto de controlar las situaciones, y no hay ejemplo más palpable que este; ser plenamente conciente de que te estás haciendo daño. Las vueltas de la vida hacen que todo en esta realidad sea cambiante, y lo que ayer te hizo bien mañana puede destrozarte. Detesto eso, ser tan ignorante, que el futuro sea tan impredecible. De haberlo sabido no hubiera saltado tan alto, o escarbado tan poco en ciertos abismos y pozos de la vida.
Pero creo que eso sería caer en facilismos de los que prefiero alejarme... quiero tus manos, tus besos y esa expresión en tu cara que tanto me tranquilizaba. Pareciera que no dejo de pedir, pero lo hago siendo conciente de que he entregado muchas cosas y ahora pido esto a cambio.
Sin embargo el movimiento continuo me demuestra que no estoy en lo cierto, que aunque fume voy a vivir hasta los 70 años y que no voy a volver a abrazarte. Bueno, y entonces qué me queda? Ordenar las colillas por color, blanca-marrón y estrangularlas para que dibujen con sus hebras tu letra.
Me he quedado sin fuerzas, sin palabras y sin amor. Busco la felicidad en los charcos y sólo veo la misma cara de horror que vos ya supiste quitarme. Por qué no vas a hacerlo otra vez? No no, no te estoy reclamando nada, sólo te pido que me expliques. Soy bastante lenta para comprender algunas cuestiones y sobre todo bastante testaruda. Dame un buen motivo y yo apago el cigarro (¡Sí sí, te juro que no te lo voy a aplastar en el ojo!).
Ves? te quedaste callado una vez más. Así no sirve, por eso me caigo. Tropezón no es caída, pero una vez en el piso ya no me importa si tropiezo, es más... ME CHUPA UN HUEVO. Ahora quiero levantarme y no estás para ayudarme.
Okey, voy a intentarlo sola. Pero antes pasame el atado de cigarros, querés? No, ese no. El de al lado, de veinte.
miércoles, 7 de julio de 2010
Take my hand. Were off to never-never land

No se siente muy bien esta lluvia de hoy. Hay demasiados recuerdos bailando en las panzas inchadas de las gotas que caen. Cuando llegan al piso gritan aquel nombre, seguido de algún insulto. Otras chillan el mío, mientras me advierten que cuando el agua pasa se desdibujan los caminos.
Me encantaría saber cuál es el mío, para correr a salvarlo o tirarle más baldes de agua fría.
Sé que camino, lo percibo en los pies cubiertos de tierra (o barro en su defecto) y en mis ojos irritados por el viento insalvable que sopla aquí afuera. No pretendo concer mi destino de ante mano, sino saber si este es o no mi recorrido. Sería insoportable caer en la cuenta de que vengo caminando por el lecho de un río que en verano se cubrirá del agua de los deshielos, y arrasará con todo lo que sobre estos márgenes he construído.
Por eso no me siento bien en este día lluvioso, porque la incertidumbre prevee cosas que las certezas no saben discernir. Entonces, si no deja de llover y por este camino suele pasar el río, no me cabe ninguna duda que mañana amaneceré con el agua hasta el cuello.
Así es que te llamo, ya no importa si te extraño o me desvivo por un beso tuyo. Lo que no quiero es perecer en el mismo lugar en el que pude volver a soñar con ser feliz y reconstruir tantas cosas sueltas. El agua me hace mal, me ahoga en los recuerdos, me limpia de certezas y me cuenta las verdades: que todavía tiemblo al escuchar ese nombre, que todos mis fracasos tienen dibujada su cara, que cuando lloro dos de cada tres lágrimas las pago por él, que si me siento sola necesariamente voy a creer que es él quien me hace falta.
Así las cosas, pedirte ayuda, decirte que seques las nubes y absorbas el agua. Por mí, por vos, por lo que quizás la vida quiera hacer de nosotros. Sé que podés hacerme bien, pero no quiero abrazarte con la ropa empapada y mojar tus besos, tus caricias. Me rehúso a derramar mis gotas de odio sobre tu pacífica sonrisa; me encantaría ser quien seca tus ríos.
No puedo hacer más que esto, tratar de no ahogarte con mis palabras, ni hervir mis miedos en las tuyas. Sólo me queda aguardar tu llegada, hacer mi mayor esfuerzo para ayudarte a detener esta lluvia.
El cielo está tan gris hoy, tengo que salir de mi casa y no quiero dar ni un paso fuera de las baldozas si no tengo la garantía de que voy a encontrarte. Pero no todo en la vida son certezas e inclusive es pertinente desconfiar de ellas. Así que mejor busco el paragüas y me clavo unas bolsas de nylon en los pies. Está un poco áspero el camino por estos lados, el agua se tragó la tierra y escupió barro.
Espero tu llegada, iré a buscarte cuando cese la lluvia...
Pd: Pero por favor, no te tardes.
jueves, 1 de julio de 2010
Martinis y Tafiroles
olvido lo que importa más
y dados redondos
tuercen mi chance
A veces exagero mi humor
los martinies y los tafiroles
hay que estar un poquito sonado
para olvidarte
Estoy complicado
no me hago ilusiones
y no quiero recuerdos lindos
Necesito dormir mucho y bien
y no hablar así como toda la mierda
que se habla hoy por la tv,
que come mis ojos
Un viajero frecuente que lee
su millaje y chupa un limón
sabe que en su heladera no hay
ni ketchupt ni nada
Me sueño durmiendo,
a veces durmiendo y soñando
si mi gata maúlla al soñar
la consiento.
viernes, 25 de junio de 2010
Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.

Acabo de arrojar un charquito de agua desde la taza al repasador. Una fina capa vuelta círculo líquido se hundió rápidamente en el entramado. Sin embargo hubo tres o cuatro pequeñas gotas redondísimas, casi perfectas, que permanecieron en la superficie unos segundos más para luego ser absorbidas por las mil lenguas de trapo.
Por qué permanecieron allí por más tiempo, qué determina ese lapso inexplicable entre el líquido puro vuelto gota y esa mancha húmeda que pretende asemejarse a una figura redonda.
Vuelvo a detener mis pensamientos en rituales sencillos, pero aún así asombrosos e inabarcables, casi tan ajenos a mí como lo son mis propias gotas o mis abundantes manchas de humedad. Encuentro el placer en ello, disfruto de comparar mis lágrimas, mis charcos, mis oscuridades, mis pozos de petróleo con el agua que corre por el túnel sin fin del repasador que la absorbe.
El problema es que no encuentro algo o alguien que haga las veces de trapo que se come mi líquido imperecedero, mi líquido eterno. Acaso lo busqué en los sitios ú ojos equivocados, quizás si no hubiera derramado tantos ríos en los mares del abismo ahora estaría ordenándolos por fecha y por colores, enjuagándolos en aguas más claras. Y al recobrar esa pureza esencial entonces sí, el mismo aire los absorbería, cada cosa que existe asumiría mi agua, torcería mis cursos y se tragaría el canto rodado.
Volviendo a la cuestión que trataba en un principio… El repasador ya está seco. Limpió su carne de trapo de aquellas impurezas que le perturbaban su movimiento molecular. Feliz, permanece ahora sobre la mesada de madera y sé que se regocija estallando sus átomos contra ella. Adquiere cada vez una mayor energía cinética y hasta parece que se estuviera moviendo, frenéticamente inmóvil sobre algo que no es él y sin embargo lo separa del vacío y lo protege. De alguna manera la mesada le da al repasador su existencia, de no ser por aquel sostén de madera el trapo quedaría pululando por los espacios etéreos que lo perforarían y lo despedazarían sin piedad sólo por su resequedad.
El vacío adora lo que moja, siempre está empapado. El vació rebasa de agua constantemente y no hay materia impura que logre secarlo. Lo líquido como lo puro, y entonces encontrar en el vacío la única forma de lograr esa pureza.
Mis ríos son la vida, son en el vacío y este último de ellos se alimenta. Llorar es nadar en el vacío que te atormenta, que te arroja al abismo y te ata de manos y piernas a una sola pared de más agua, carente de consistencia.
No hacen falta repasadores si se puede llorar y extraviar los ríos entre los mares del abismo. Pero me he cansado de derramar lágrimas sin sentido, de LLORAR EN EXCESO, aún sin soltar agua de mis ojos (sólo sintiendo los espasmos, el mareo y ESE FRÍO). Prefiero, aunque cueste tantísimo más esfuerzo, aunque me perfore hasta los labios sin dejarles una porción para besar, hallar el repasador que me absorba. Ahogar mis ríos en el trapo, y experimentar un deleite absoluto porque finalmente mis ansias de sed fueron perpetuadas. El agua me abarca y me excede en infinitas cantidades, mi cuerpo no es en ella, sino ella es en mi cuerpo. Por eso la necesidad imperiosa de tener sed, para dar con la certeza de que el agua se me escurrió de las manos (¡AL FIN!).
Acabo de arrojar un charquito de agua desde la taza al repasador. Mientras me preparaba el café colocando los granos en la taza y echándoles agua encima, sentía unas TERRIBLES GANAS DE LLORAR.
domingo, 20 de junio de 2010
Palabras Malas

sólo quedan palabras
apretadas en papeles
perfumadas en cartas
que demuestran que si el amor
existe no se dice
que si el amor existe no se escribe.
Otra palabra de amor apilada
sobre otras tantas palabras de amor
Toneladas de promesas
que pueden venderse al peso
Kilos de papel besado
¿cuánto pueden dar por eso?
Pulpa de amor de un árbol débil
en buena tierra
bajo un buen sol
regado con agua estéril.
Otra palabra de amor apilada
sobre otras tantas palabras de amor
Otra palabra de amor apilada
sobre otra palabra de amor apilada
sobre otra palabra de amor apilada
sobre otras tantas palabras de amor.
- Gabo ferro -
viernes, 18 de junio de 2010
En cualquier estación esperando una fatalidad, o un llamado del cielo.

Intento explicarte la fragilidad de mis caricias, lo efímero de mis besos. Estoy tratando de decirte que en cuanto diste la vuelta me perdiste, que en cuanto cerré los ojos te esfumaste. No puedo sostener por demasiado tiempo la farsa, cualquier sobresalto me desplaza.
En un momento dado, me arrepiento de todo lo que te di o de lo que me he privado. Desconozco tus intenciones y no escatimo en precausiones. Se me notan las marcas en la frente, en las manos, en los ojos... ya ves, si te atrevés a quererme vas a tener que conocer la historia de cada una de ellas. Porque en cada una hay una porción de mí que no se ve, que jamás te voy a mostrar a no ser que escarbes.
Pero qué difícil te va a resultar encontrar la tierra en un jardín que se hizo agua...
jueves, 10 de junio de 2010
Hojas nuevas, hojas viejas, hojas vivas, hojas muertas.

Cuando cambiás hasta la forma de mirar sólo porque dentro de tus ojos hay recuerdos que no podés borrar. Qué pueden decir? Mejor el silencio y que llegue la noche.
Si no hay manera de ocultar la imagen precisa de tus besos en mis labios, de tus caricias en mi cara, de tus abrazos en mi cuerpo... entonces me doy por vencida, no voy a lograr cuidarme.
Y sé que no voy a poder cuidarte. Porque hace tiempo dejé de intentar salvarme.
Hubo un tiempo en que el mar se devoraba mis ríos, y ahora no sé ser ese mar que se come tus besos y tus abrazos, que se llena de color con tus cardúmenes de caricias y tus ojos de corales.
Soy todo lo que recuerdo, todos mis miedos, el animal muerto, y los espejos turbios (torcidos). Me sé todas esas cosas que no pude dejar de lado para abrirme camino. No es que no pueda prescindir de mi pasado, el problema es que no creo en mi futuro. Perdí la confianza, la inocencia, la ilusión... las dejé tiradas al costado del charco al que me caí, en el que me convertí.
No quiero creerte, y mucho menos quererte. Me cuesta horrores levantar la mirada sin sentir que solamente somos dos y la nada, y mientras vos leés en mis ojos el pasado, yo dibujo en los tuyos un futuro de lágrimas cansadas.
Perdón, pero no puedo confiar en tus palabras ni en tus acciones, ni en tus condiciones. El miedo es muchísimo más fuerte, y sabe perfectamente qué palabras utilizar para convencerme siempre de que no lo haga, de que no te deje el camino abierto, ni me atreva a dar otro paso.
Necesito una certeza monumental, una garantía colosal que me asegure que no me vas a quebrar todos los dedos, uno por uno, hasta dejarme sin palabras. La ráfaga anterior se llevó mis alas dejandome a cambio una muralla de proporciones aún no establecidas y no sé si seré capaz de volver a cambiar mi tapado de piel, para empezar otra vez.
No te imaginás lo horrible que es convertirse en lo que aborreciste, ser tu propio verdugo y cagarte mil veces en tu carne fría, matarla con tu propia materia de fuego, que ahí va. Asfixié mis alas con los músculos de mi espalda por pura pena, por haber dado con la única premisa verdadera en esta vida y asumir de ahí en más que la felicidad es artificial.
Voy a pedirte un favor, y es que no vuelvas. No sé si realmente este es el final, pero se ha compuesto la voz después de tanto grito y bueno será lo que en buenos términos acaba. Prefiero guardar tu recuerdo así, sin manchas de humedad ni olor a encierro... dejarlo entre las hojas secas y los silencios que nunca nos compartimos.
sábado, 5 de junio de 2010
Así no habrá para mañana otra luz que lamentar, al morir el desierto de sed de amar y de florecer
El sueño es felicidad, que no existe o es artifical. Pero si es artificial es porque existe, algo que no es no puede ser tal o cual otra cosa que es. Pasaría a ser sólo por el hecho de estar asignándole una característica que nace de un concepto existente. Dibujar la felicidad en un papel y decir que es tan sólo un artificio de quien la dibujó por vez primera. Pero entonces estar admitiendo que existe y es real. Escarbando más hondo aún podríamos decir que no todo lo que existe es real, y que si la realidad es a la existencia como el agua es a la lluvia, estamos afirmando que todas las realidades paralelas que nuestra mente crea existen en verdad. Mi dibujo está mal, ese garabato no es la felicidad, pero sin embargo existe y es real... mi sueño es artificial, este que me enseña a soñar, se puede decir que existe pero no es real. El sueño que dibuja mi sueño que aprende a soñar que la felicidad no se puede dibujar, me está tornando artificial. Si el sueño puede dibujar entonces lo inexistente también puede soñar.
miércoles, 2 de junio de 2010
In your head, in your head they are fighting
Es sabido que por las noches, mientras andamos por lugares insospechados con el rostro pintado de celeste, nuestros pies quedan aferrados a las sábanas y la cabeza se retuerce furiosamente hasta desprenderse del cuerpo distraído.
Así que yo supongo estoy despierta, ya que prácticamente se me estanca la sangre a causa del frío; estalactitas rojas, filosas e inmundas. Quiero el Sol que me robaste mientras dormía, el hielo me agrieta la piel y sin mi capa de dermis ya no puedo mantenerme viva. No me ames, pero por favor no dejes que mi alma sucumba ante la nieve que me soplás al oído. Odiame, empero permitile a mis alas permanecer extendidas, ya no congeladas, más bien tibias.
Tu color es tan fuerte, más que el recuerdo de tener que sentirse bien.

Pido que las noches
no se quiebren en tu luz
y que las ventanas
sean grandes para el sol.
Cuando los almendros no se pasen de estación
buscaré más flores para darte mi canción de amor.
Pido atardeceres en los cielos de Beltrán
y que tus mañanas siempre sean para hablar.
Cuando los jardines no se pasen de estación
buscaré más flores para darte mi canción de amor.
Y si vos querés te voy a buscar
para que los días no se vayan sin pensar.
Y si vos querés te voy a buscar
y dejamos los caminos libres de humedad.
Pido tu mirada más alegre para mí
y que toda el alma se disuelva en el amor.
Cuando los almendros no se pasen de estación
buscaré más flores para darte mi canción de amor.
Y si vos querés te voy a buscar
para que los días se nos vayan sin pensar.
Y si vos querés te voy a buscar
y dejamos los caminos libres de humedad.
Mejor no me lo digas, guardemos secretos... tengo una lista de películas que quiero ver.
En la próxima, a mitad de cuadra, de mano izquierda. Ahí donde está el tacho negro.
La noche aplaudía, una vez más, el final de su obra favorita. Incontables veces había escuchado aquella frase inalterable, cuyo remate triunfal iba de la mano del sonido hueco que emitía la puerta del auto al cerrarse.
Nada resumía mejor aquel espectáculo nocturno que ese concluir en un acto simple, pero determinante.
De vez en cuando, le seguía un cafecito entre humo y alguna conversación casual o simplemente una rápida despedida con un ‘¿Cuánto te dejo?’ de por medio.
Al finalizar este último acto, la noche se desperezaba y permanecía estirada a sus anchas hasta la llegada del nuevo día. Él se refugiaba entre las paredes blancas de su casa, y si resolvía echarse directamente en el colchón no se dormía sin antes pensar que quería pintar en esa pared inmaculada una piola obra de arte. Algo así como plasmar la gráfica de Pink Floyd ‘The Wall’ o la última frase de aquel texto: SOS IMPENETRABLE.
Todavía le quedaban rastros de alcohol en sangre y alguna que otra sustancia, ahora bien guardada en el puf que asoma, inocente, a los pies de la cama.
El fin de semana es así, tiene cara de borracho y piel de cartón. Aliento a whisky y un palo en la mano. Gusta de capotear autos y baila de costado con una mano arriba y la otra en la cintura. Pillo patán el inocentemente llamado ‘finde’.
Solía encontrarse con el entre vaso y vaso de fernet, seguramente hayan sostenido una buena conversación sobre política o el faso.
De cualquier manera, ya se escuchaba el tempo tanguero del domingo que silbaba cada vez más cerca. Y nuestro actor único permanecía inmóvil sobre el acolchado. Completamente vestido y con un pucho en la boca, entre tanto divague se le había vuelto necesario.
Las sábanas del sueño se mostraban cada vez más tentadoras y el mareo comenzaba a ceder. Podía tragar saliva sin sentir el gusto a branca en la boca y a sus ojos rojos les había vuelto su color natural. Sólo restaba dormir… pero no sin antes desinfectarse el arito.
miércoles, 26 de mayo de 2010
It only ENDS once, everything that happens before that is just PROGRESS

sábado, 22 de mayo de 2010
Qué cosa extraña el recuerdo, recuerda raro el olvido
una hebra de seda me envolvía,
y a cada beso tuyo,
con una vuelta menos me ceñía
y cada beso tuyo
era un día;
y el tiempo que mediaba entre dos besos
una noche.
La muerte era muy sencilla.
Y poco a poco fue desenvolviéndose
la hebra fatal. Ya no la retenía
sino por solo un cabo entre los dedos...
Cuando de pronto te pusiste fría
y ya no me besaste...
y solté el cabo, y se me fue la vida.
martes, 11 de mayo de 2010
SOY LO QUE NO SOS Y SOS LO QUE NO SOY.

Te necesito, ya, ahora, en este mismísimo instante en que perdí todo equilibrio, toda cordura, en fin... TODO. Me lo robaste, o te lo arrojé en las manos, no sé. El hecho es que ahora te pertenece, y no puedo recuperarlo, aunque no lo defiendas con uñas y dientes, aunque ni siquiera me impidas tomarlo; no puedo (o no quiero, y eso sería lo peor) quitarte algo que fue mío desde siempre, y que pensé 'para siempre'. Ya veo que no, ya ves que es tuyo y te lo regalo. Te lo regalo hoy, ahora, todos los días. Lo hago con enorme placer, con divina prescidencia, con un asqueroso masoquismo.
Preciso de vos, de esa parte que dibujé por sobre tu cara y que se parece tanto a la mía. Soy lo que no sos y sos lo que no soy. Es así, fue de la misma manera desde el comienzo y seguirá siéndolo. Pero no te preocupes, yo ya no me ocupo de esas cosas. Las asumí y les clavé un cartel enorme que dice: CERTEZAS. Y sabés qué? desde entonces nada las afecta, no se les cae ni un granito de verdad, ni una gota de eternidad.
Sublimes, allí permanencen. Sabiéndose impenetrables, inmunes, autosuficientes. Retroalimentan esa capacidad única de ser imbatibles, nadie (JAMÁS) va a poder demostrar lo contrario, es decir, que me fui de boca en la tuya y ahora mi organismo rechaza esta saliva que no es mía. Sé que ahora mi saliva está corriendo por el torrente de tu sangre, que se acumula en tus ojos y les da brillo. Lo presiento, lo confirmo a cada segundo en que trago un sabor amargo, ajeno, de nada y mi estómago estalla, mis pulmones gotean, mis latidos se paran. Pero si esta saliva no es la tuya (porque no podría ser tan hipócrita de decir que alguna vez logré extraer algo de vos) ... a quién le pertenece?
jueves, 6 de mayo de 2010
Mientras tanto tengo frío...
¿qué si de tus manos no obtengo la lluvia y el fuego?
nadie me dijo que tenias un infierno en la boca
¿o era el cielo y yo era un demonio?
martes, 27 de abril de 2010
Tú naces, y no naces.
Cómo hacerte entender que tu seno nunca va a poder ser mayor que uno, que la recta terminal no se corrompe ni con sal, ni con agua; el tiempo no la erosiona ni corroe la majestuosidad de su "cero, coma". Y ni que hablar del coseno, igual de irrevocable, a pesar de lo mucho que lo escupiste.

No intentes sumarle más giros a este ángulo orientado del que ya no hay vuelta... cerrá los ojos y hundite completamente, gritá que los dedos de los pies ya no te hacen caso, ¡mordelos! Obligalos a ceder, a regresar sobre sus grados, a quedarse en 360º, a que ya no pasen el eje de abscisas una y otra vez. Que mejor se queden completos (2Π) y ya no más recuerdos, ni espasmos; sólo un giro completo de amor y de tiempo. Que sea el Sol, ya entero, ya pleno, un disco dorado, y así entonces volver a ser luz.
jueves, 15 de abril de 2010
Cecilia

Te conozco y sé que tus hombros son dulces, que desde ellos bajan ríos por el cauce de tus brazos.
Te conozco y sé que en tus uñas acmulás la sal que luego embadurna tus palmas y hace de tus manos un mar.
Te conozco y sé que tus codos están repletos de cantorodado, tanto así que cuando llueve se escuchan sus reclamos.
Te conozco y sé que tus dedos son como olas que azotan sin clemencia los vaivenes del viento, o acarician hasta erosionar los obstáculos del tiempo.
Te conozco y sé que tus venas están abiertas, que el rojo de tu pañuelo se tiñó en los discursos de tu mente despierta.
Te conozco y sé que tu cabeza nunca cesa, que hace y deshace tus ríos, que los nombra y les otorga sus minerales.
Te conozco y sé que tus ojos imitan el brillo del Sol cuando llega la noche y se hace más espesa.
Te conozco y sé que tu boca grita suave y calla con firmeza.
Te conozco y sé que no hace falta describirte si es que puedo amarte.
martes, 13 de abril de 2010
Y sin embargo, yo te besaría los pies...
Me persigue un deseo absurdo, el de querer dar un paso tan fugaz que roce la eternidad y la abarque toda.
Me persigue un recuerdo absurdo, tu mirada desviada y mis ojos cerrados, los cuerpos desnudos forjando instantes de la noche, buscando dar al fin con la estrella que marca la unión exacta entre el placer y la agonía.
Me persigue una imagen absurda, vos pura sonrisa devorando mis órganos con la mueca chorreada de sangre, yo tumbada a tu lado, reducida pero viva.
Me persigue una palabra absurda, 'BASTA' es tu voz la que lo dicta, entonces llueve para siempre en el festival de esta muchedumbre enmascarada que escupe brillantina y tiene serpentinas debajo de las uñas de los pies.
Me persigue un signo absurdo, que me acaba.
domingo, 4 de abril de 2010
Filosofía barata y alpargatas de goma

Me quiero morir. Ya no me quedan fuerzas para matar, ni para herir. Necesito dejar de sufrir. Quiero mi paz, y eso significa el FIN.
Mis palabras ya no dicen, mi voz se siente ajena, se me caen las manos, se me hunden las piernas, mis pies se mueven pero no avanzan, ¡¡es que esta sed no se puede calmar con agua!!
Ya no hablo de sed, hablo de puro fuego, de llamas que se desafían para ver cuál destruye más, quién quema más horas, más tiempo, más días, más recuerdos… Y AHÍ ENTRO YO, negando para siempre el derecho de que me lleven, entre calor y humo, a un olvido forzado, de resignación y fucking conformismo.
Prefiero tus migajas, mis lágrimas estúpidas, los intentos vanos, el vaso bañándolo todo de whisky, un cassette girando indefinidamente; prefiero eso antes que olvidarte.
QUIERO MORIRME SIN VOS, morirme porque no te tengo, MORIRME DE SED, morirme y sentir en eso el PLACER.miércoles, 31 de marzo de 2010
bla bla ...64
I like watchin the puddles gather rain
And all I can do is just pour some tea for two
And speak my point of view but itts not sane, its not sane
I just want someone to say to me
I'll always be there when you wake
Ya know I'd like to keep my cheeks dry today
So stay with me and I'll have it made
And I don't understand why I sleep all day
And I start to complain that theres no rain
And all I can do is read a book to stay awake
It rips my life away but its a great escape...
escape, escape
All I can say is that my life is pretty plain
You don't like my point of view
Ya think that I'm insane
Its not sane... its not sane
I just want someone to say to me
I'll always be there when you wake
Ya know I'd like to keep my cheeks dry today
So stay with me and I'll have it made
martes, 30 de marzo de 2010
Dame una palabra, dame la brisa
El silencio... que nace, que se retroalimenta, que se autofagocita, que se consume.
El silencio... su piel de durazno, su corazón de almíbar, sus pies ligeros, su sonrisa de escamas desmesuradas.
El silencio... sobre el asfalto, entre la gente, desde el futuro, hasta las últimas consecuencias.
El silencio... olas que se agigantan escupiendo sal, asesinando el ruido.
El silencio... tu nombre, tus palabras, tus labios, tu mirada distraída, tus piernas.
El silencio... mi nombre, mis palabras, mis labios, mi mirada atenta, mis brazos.
El silencio... el vacío, su cuerpo efímero, sus movimientos esquivos, su forma infernal de no decir, la nada.
El silencio... o lo que es lo mismo, tu ausencia y la mía, la falta de nuestros besos.